En el año 2008 Paco Rabanne lanzaba One million, una fragancia masculina compleja y llena de matices, que reinterpreta la libertad de ser hombre en la actualidad. Definirla como fresca o sensual es quedarse corto. One million es un perfume que no deja indiferente a nadie, porque es rompedor empezando por su diseño y siguiendo, por supuesto, por su composición.
El diseñador declaraba en la presentación del aroma “En todas las civilizaciones y religiones el oro siempre ha seducido a la gente” y One million, sin dudarlo un momento, consigue seducir. De la mano de Christophe Raynaud, Olivier Pescheux y Michel Girard nació este perfume que habla de poder, de lujo, riqueza y audacia. Su diseño, un lingote de oro acuñado, nos transporta al Lejano Oeste, a la época en que los rudos pioneros se dejaban llevar por la fiebre del oro y con su trabajo y determinación lograban sus objetivos. Simple y hermoso. El metal es una vuelta a los orígenes del diseñador, que utilizaba los colores metalizados en sus colecciones de moda.
Aunque es difícil de catalogar, encaja en la familia olfativa madera-especiado. La singular mezcla se inicia con una mezcla cítrica de mandarina y pomelo, acompañada de la sorprendente menta pimentada. La salida fresca continúa con un corazón lleno de notas poco habituales en la composición de las fragancias para hombre, como es la rosa, la canela y varias especias. Sin embargo, el resultado es muy masculino y refinado. Finalmente, permanece un aroma de cuero con madera blanca, además de toques de ámbar y pachuli.
No es de extrañar que con semejante complejidad, One million haya sido todo un éxito desde su lanzamiento. Llama a un hombre actual, seguro de sí mismo, que ansía la riqueza y el poder y no tiene miedo de conseguir ambas cosas. El oro es la clave.